Gritos mentales

Escucho voces en el viento frío y desolado, como gritos sin sentido en busca de algún amparo. Las paredes de la ciudad son demasiado cortantes para quien busca refugio. El mundo tajante, hiriente intentando sin descanso acabar con la esperanza de aquellos que aun caminan solitarios en él, casi siempre sale triunfante, y yo no creo ser el único que aun lucha por existir.
 Somos almas aquí olvidadas, en un lugar tenebroso, perdidas entre seres de una realidad distorsionada, ellos rondan con navajas en la boca y filosas miradas, en su peligroso andar dejan restos de voluntades pisoteadas; mientras nosotros tejemos murallas para que no logren penetrar en nuestra mente, aunque el peso de tal escudo aplaste nuestros pulmones es necesario para sobrevivir.

Algunos no pueden resistirlo, a veces se quitan sus máscaras y respiran el gas toxico que flota oculto en el aire, o son apuñalados tan fuerte por el enemigo que su interior se derrumba por completo, todos sabemos que un alma en ruinas no puede existir, entonces deciden en silencio despojarse de su cuerpo tan pesado, obsoleto, extienden sus plateadas alas con plumas etéreas y se marchan en busca de un nuevo lugar. El cielo a veces extraña verlos por aquí vagando y en su pena, grises se tornan sus vastos dominios hasta que lagrimas caen libres al vacío.

Yo me encuentro entre la gélida lluvia y el fino techo que sobresale de la azotea, nunca fui un chico con mucha realidad en la mirada, pero hoy estoy aquí despidiendo a aquel ser que desde aquella parte del planeta que no conozco se aleja en paz. No sé cuantas estocadas mas podrá resistir mi muro, está en estado crítico, pero aun se mantiene en pie, así que por un tiempo al menos seguiré caminando por estas calles, espero que me reconozcas si alguna vez me cruzas en tu camino, yo podría acompañarte al menos por un instante y mostrarte que mis labios no tienen peligro algún y aun así soy parte de este mundo…  

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